lunes, 1 de julio de 2013

JUAN BARROSO

JUAN BARROSO
1955 -
(español)



Cuando miro la sombra que me sigue
atada a mí durante el día
veo en ella la solar radiografía
de ese otro ser que me acompaña.

Ese otro yo de amistad ciega
camina tras de mí cuando te miro
cegado por la luz que me proyecta
en plano cenital de horizontal tierra.

Se amolda a la pendiente en mi camino
trepando a las paredes de tu puerta
cuando el sol desciende a mis espalda
cedido por ver que la noche llega.

En la ausencia de luz mi sombra es todo
nada en la noche a mi suerte le sujeta
mientras muero en el sueño de la idea
recorre en negritud la paz de tu calleja.

Regreso sombra crecido en la mañana
freco de mar y humedas tierras
menguado cuando el sol está en lo alto
vuelvo a crecer cuando la tarde llega.

Cuando miro a esa sombra que me mira
veo en sus pasos la vida de cualquiera.
Baile de sombras que el sol nos marca
repitiendo compases de quimeras.



 EN EL FONDO DEL ALMA


Mientras que despacio vas matando este verano,
desde el centro descentrado de la idea,
si miras al fondo de tu alma ausente,
en esa pared desconcha que hay en frente,
donde el orin decolora los narcisos,
hay una puerta que parece una salida,
y un cartel de empuje nunca usado.

En ella un satánico triste crucifijo
cromado en negra sangre seca
que hiela la risa al rocio en la mañana.

En ese punto, verás a la derecha
el trono casi nuevo y defecado
de un dios padre siempre ausente
sin rastro del hijo que le hereda,
ni la paloma trinitaria en quien delegan.

A la sombría mano izquierda verás
que pendula ahorcado el proletario,
sus sombras cuelgan bajo el yugo
que miserables subyugan
la bondad interior del edificio
decorando el vacio metafísico.

Sobre esa bóveda de cristal
que tus neuronas cubren
en  vuelo circular unas polillas
revotan atraidas por tu idea.

Son polillas blancas de almas lunares,
amantes del rocío de vientre negro,
melanogaster en tanta teología
que esperan el feliz desanlace de la historia,
la apocalíptica la apertura de la puerta.

Y te animas y empujas como la letra dice,
y la puerta es un falso dibujo que te deja,
en la estacada, con dos palmos de narices.

Y es el muro un infinito bloque de granito
donde toda la oquedad es nada
y todas las salidas ya están tapiadas
siendo a la bóveda de cristal de tus neuronas
hacia donde todas las polillas angustiadas miran
junto con la melanogaster, musca del vinagre,
esperan que fermente el rancio néctar de la orina.

El verano despacio va muriendo
en el centro descentrado de la idea
la mirada ausente inanimada queda
sin alma sin luz sin esperanza.
habrá que desechar la ficticia idea.
El verano despacio va muriendo


POEMA DE LAS CINCO PENAS 
Dedicado a Miguel Hernandez

Tengo la pena que tiene
la pena de tu elegÍa,
cuanto mas pena mas mía,
pena bosque de sartenes.

No es pena que el alma llene
porque el mal en mi agonÍa
no me para en la porfÍa
del mundo de donde vienes.

Rayo, dolor de alegrÍa
de esta sangre labradora
que canta al rayar el día

rayo, aurora cegadora,
que no cesa en la poesía.
que requerimos ahora.



PÁRATE AQUÍ JUNTO AL ARROYO



Cae dulce la tarde en este mayo.
Paremos a soñar junto al arroyo.
Ya te dije corazón que descansaras,
que al final del camino
ya nadie nos espera.
Párate aquí junto al olivo,
ya es primavera
y siento fatigados tus latidos.
Tantos años golpeando en oleaje
en las ciegas marejadas de mi pecho,
siempre corazón, reloj infatigable
de acompasado y lento eco.
Musculado titan, fibrado acero,
fiel a las demandas de tu dueño.
Agradezco tu pasión en mis esfuerzos.
Ya no preciso que me empujes,
hasta aquí hemos llegado,
lo que dejé de hacer
lo doy por hecho.
Párate ahora para morir conmigo
no cargues más
con este muerto vivo.
Si te encuentras cansado
siéntate un rato junto al río,
no te sientas obligado,
no te batas por mí,
yo también estoy cansado.
Cuando tu quieras lo dejamos.

Cae dulce la tarde de este mayo.
Párate a soñar junto al arroyo,
ya te dije corazón que descansaras.
Lo que pudimos hacer ya lo hemos hecho.



2 comentarios:

  1. Poeta caudaloso que arrea los vocablos de una singular manera con hechuras de grande. Gusta su poesía recta, fiel, dura y suave, no hay ventoleras simplonas, en él todo es poesía.
    Pocos como él.

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  2. Gracias amigo por tu amable comentario.

    Escribo con la honestidad que puedo.
    Dudo y escribo.
    Con mis dudas vivo siempre en duda,
    escribo, dudo y sobrescribo.

    Un cordial saludo.

    Barcelona a 3 de julio de 2013
    Juan Barroso

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